Con este proyecto específico pretendo evidenciar la total militarización o estado de sitio general que vivimos en todos los ámbitos de la realidad cotidiana e incluso del ámbito doméstico.
No solamente toda la sociedad está militarizada sino también ámbitos que no sospechamos, como el hogar, o incluso el propio Museo o Centro de Arte Contemporáneo. Éste se convierte con frecuencia en un espacio militarizado; las catenarias que se usan cotidianamente para controlar y dirigir el movimiento de las personas son ordenadas a modo de fronteras, y el guardia jurado, uniformado cual soldado, utilizando las cámaras de vigilancia de la sala controla el consiguiente deambular del público. En este proceso, incluso el propio arte ha sido “utilizado” históricamente para diseñar los uniformes de los diferentes ejércitos del mundo. Con la militarización total de todas nuestras fronteras, implantada con el pretexto de seguridad, todos nos preparamos para una movilización general. No sabemos ni cuándo ni dónde surgirá el conflicto, pero tenemos que estar preparados.